Antes de conocer ASA, no sabia que tenia un problema de adición al sexo y al amor.
Jamás hubiese entendido, que la misma anorexia que padecía en la alimentación, estaba relacionada con el sexo, y menos aún que era una adicción; para mí, la adicción se refería solo al consumo sustancias.
Carecía de libertad, porque mis conductas estaban dominadas por la parte obsesiva de la adicción “no poder parar”.
En mi caso, no poder parar de buscar una y otra vez la forma de relacionarme con una persona, que si bien me atraía, insistentemente negaba y reprimía la naturaleza sexual de todo ser humano: “ponía excusas para no tener sexo» basándome en la doctrina de mi familia y de la religión, respecto a una mirada repugnante del sexo.
De esta manera afectaba mi libertad de elección, ya que dichas excusas determinaban mi rechazo al contacto sexual.
Aprendí que las mismas eran inconscientes, y que tenían una raíz más profunda: mi anorexia sexual.
Entendí, que también existía la llama anorexia emocional, por la cual huía de aquella persona que podía generar un compromiso emocional, aunque tuviera fantasías romántica de que fuera mi príncipe azul.