Superposición del sitio

Una enfermedad que lo cura todo

No nos lamentamos del pasado, ni desearemos cerrar la puerta que nos conduce a él.

Mi mejor herramienta es mi propia historia, así que la comparto aquí:

El viaje a mi interior, sin miedo, sin autoengaño, sin temor, sin negación, sin castigarme, sin culparme, sin conmiserarme, ha sido una de las experiencias más maravillosas que me ha sucedido en la vida. Además, es así que encontré a Dios: buscando en mi interior, no fuera de mí.

Transitar este viaje ha sido como ver una película sobre mi propia vida, descubrirla con honestidad y aceptación, lo que me ha llevado a ser más humano y humilde; esto me ha permitido descubrir mis sentimientos y los sentimientos me han permitido el cambio.

Hoy sé que la fuerza de voluntad, el esfuerzo, el sacrificio no son lo suficiente para mi recuperación; mi tabla de salvación han sido los Doce Pasos; las Doce Promesas son el vehículo que Dios me ha proporcionado para transitar, para vivir mi experiencia de ser humano por esta vida.

En cambio, la culpa sólo me ha dado castigo y dolor; hacerme responsable y consciente me ha dejado ir ligero de equipaje. Actualmente, asumo las consecuencias de todas las situaciones vividas en el contexto de mis actuaciones, nadie me debe nada, y a nadie le debo tampoco, hice lo mejor que pude con el conocimiento que tenía y lo que sabía, hoy sé que soy responsable de mi persona completamente. 

Pero el viaje es largo y continúa: no soy materia terminada, aún no he llegado adonde quiero llegar, pero tampoco estoy donde comencé mi viaje.

En fin, lo que Dios quiera, cómo él quiera y cuándo él quiera. Amén.

Mike, un ASA en recuperación y misericordiado