No nos lamentaremos del pasado ni desearemos cerrar la puerta que nos conduce a él
Cómo adicta sexual mujer y heterosexual, mis conductas me causaron mucho dolor. Exhibicionismo en redes sociales y en la calle, sexo anónimo y sin protección, masturbación compulsiva y otras más.
En un momento hubo varios videos filmados por mis compañeros sexuales, donde se veía mi cara, subidos a una página pornográfica sin mi consentimiento.
Mis acciones pasadas me causaban vergüenza, culpa y rechazo a mí misma.
Fue una tarde que conocí a otra compañera de recuperación, Viviana, que al escuchar mi historia sexual contada honesta y crudamente en una reunión me escribió y me agradeció el nivel de honestidad en mi compartir y me dijo que, como su historia era muy parecida a la mía, no se sentía tan sola y eligió ASA como su lugar de recuperación.
A lo largo de los tres años en los que participo de Adictes Sexuales Anónimes, viví muchas veces esta escena, especialmente con mujeres.
¿Será que mi Poder Superior dejó que viviera tanto dolor para así inspirar a más adictas a recuperarse? No lo sé, aunque me gusta pensar que algo de eso hay… La magia de la identificación.
Desde entonces, si hay un recién llegado en una reunión, especialmente si es mujer, comparto con rigurosa honestidad mis conductas sexuales dolorosas que me trajeron aquí y como ASA, mi segundo hogar, y mi Poder Superior me están ayudando a vivir una vida más genuina, más plena, y en la realidad.
Mi pasado encuentra sentido cuando ayuda a alguien, más por eso ni loca le cierro la puerta. En vez de eso, abro las puertas y las ventanas de mi sanación, y las de muchas más, al regalarlo en un compartir.
Verónica L.