Vamos a conocer una libertad y una felicidad nuevas.
Antes de conocer ASA, no sabía que tenía un problema de adicción al sexo y al amor. Jamás habría dicho que la misma anorexia que padecía en la alimentación estaba relacionada con el sexo, y menos aún que era una adicción; para mí, la adicción se refería solo al consumo de sustancias.
Carecía de libertad, porque mis conductas estaban dominadas por la parte obsesiva de la adicción: “no poder parar”.
En mi caso, no poder parar de buscar una y otra vez la forma de relacionarme con una persona, que, si bien me atraía, insistentemente negaba y reprimía la naturaleza sexual de todo ser humano: “ponía excusas para no tener sexo» basándome en la doctrina de mi familia y de la religión, que representaban una mirada repugnante del sexo.
De esta manera, afectaba mi libertad de elección, ya que dichas excusas determinaban mi rechazo al contacto sexual.
Aprendí que estas conductas eran inconscientes, y que tenían una raíz más profunda: mi anorexia sexual. Entendí que también existía la llamada anorexia emocional, por la cual huía de aquella persona que podía representar un compromiso emocional (aunque al mismo tiempo tuviera fantasías románticas de que fuera mi príncipe azul).
De esta manera, la parte anoréxica de mi adicción aparece dominando nuevamente mi libertad.
Comprendí que esta enfermedad es muy compleja y que, así como mi libertad sexual estaba condicionada por la anorexia, podía revestirse y ser condicionada por la compulsión sexual, porque yo tapaba, de esta manera, la misma intimidad que evitaba con la anorexia sexual.
Al llegar a ASA entendí que tanto con la compulsión o con la anorexia, estaba evitando la vida que tenía tanto miedo de vivir. Ahora, con el cariño y ayuda de mis compañeros y compañeras, empiezo a conocer una libertad que no tenía y una felicidad que no conocía, ya que la recuperación me ofrece la posibilidad de descubrir, aceptar y valorar aquella persona digna que mi enfermedad se empecinaba en ocultar.
Plenamente agradecida a Dios, quien, a través de ASA, me indica el camino para reconocer mis dones, perdonarme por el daño que la adicción provocó y darme la posibilidad de disfrutar la vida que antes no merecía ser vivida.
Gracias.